Ensalada de café frío y aceto balsámico

Hace unos años, el maridaje más insólito para el café era aquel que lo mezclaba con manteca orgánica y aceite de ricino. Ahora hay algo nuevo: se dice que este verano estalla el café frío con aceto balsámico. ¡Que nadie se queje de un café avinagrado! En muchas cafeterías de los Estados Unidos se combatió el calor pasado con una receta insólita: revolver el café filtrado frío y agregarle un toque de aceto balsámico. Servir en dos vasos con hielo y agregar ralladura de naranja. No lo probé pero quienes lo hicieron dicen que es una delicia refrescante: el primer sabor que inunda la boca es el de un café fuerte, seguido por una dulzura combinada con acidez. En mezcla con el café, el aceto adquiere un gusto similar al del jarabe de cereza. ¿Una delicia? Hay que probar.