Entonces, ¿puede faltar café? Sí. ¿Cuándo? Dicen que en 45 días. Esta semana se encendió la alarma en la Argentina aunque este es un problema que viene de largo. Pasa que el 100% del café es importado y cotiza en dólares. El precio se duplicó en el mundo (por la helada en Brasil, la pandemia, la guerra…) y el Banco Central autoriza los mismos dólares, o poco más, del año pasado para importar café. La ecuación es lógica: no alcanza. Pero ahora los principales importadores agregaron el dato de que les queda stock para un mes y medio y después, nada. Por ejemplo, Café Martínez tuvo que reducir la venta de sus cafés envasados en supermercados y sus exportaciones a países de la región para poder compensar la falta de su insumo principal y abastecer a sus 210 locales. Y Cabrales reconoció que el estado del stock es crítico. Ya hubo una vez en la historia en que nos quedamos sin café y se reemplazó por malta. ¿Qué tomaremos el mes que viene?
La semana pasada hablé con varios (más de cinco) comerciantes del rubro y todos coincidieron en que no nos vamos a quedar sin granos. Sí es probable que haya menos variedades y probabilísimo que aumente de precio.
