La sequía que afecta a ciertas áreas de cultivo de café en Brasil por segundo año consecutivo diezmó la cosecha de robusta y podría afectar la producción en el 2017, un fenómeno que empujó los precios a niveles récord. Combinando arábicas y robustas, el principal productor y exportador de café del mundo debería aumentar su producción un 15 por ciento este año en comparación con 2015 (se estima que Brasil producirá 49,6 millones de sacos de 60 kilos en 2016). Pero la previsión es que la cosecha de robusta, que representa casi el 17% de la producción total del país, caiga un 25 por ciento: los 8,3 millones de sacos esperados son el nivel más bajo en doce años.
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Más sequía, menos robusta
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